Editorial
Resumen
El artículo científico constituye el medio por el cual la comunidad científica comunica sus resultados científicos. Según la UNESCO, su propósito es comunicar los resultados de investigaciones, ideas y debates de una manera clara, concisa y fidedigna.
Escribir un artículo científico requiere utilizar un lenguaje directo, sencillo, sin utilizar los recursos literarios que pueden desviar la atención de lo que se quiere decir y que el lector aprenda, conozca. Es por ello que a la hora de escribir un artículo se deben respetar las normas de escritura y respetar los tres principios básicos de la redacción científica: precisión, claridad y brevedad del lenguaje; es un informe escrito que comunica por primera vez los resultados de una investigación; se debe usar de la manera más sencilla posible, los tiempos verbales en que deben escribirse cada uno de los apartados.
Estamos en una época de cambios en la que la lectura se nos plantea de una forma diferente a la que estábamos acostumbrados. Se nos presenta en una faceta más dinámica y de inmediatez, lo que demanda entonces de una correcta escritura y su práctica consciente sin dejar de tener en cuenta que: lenguaje, comunicación, información y tecnologías van de la mano.
Es significativo hablar sobre la importancia que tiene en la redacción de un artículo científico, el uso de correcto de la ortografía si partimos del hecho que esto no solo habla en lo profesional, sino de la personalidad de quien escribe, su seguridad y dominio correcto del idioma; escribir sin errores ortográficos indica que le damos importancia a nuestros lectores y hablantes; incluso desde las redes sociales, Facebook, WhatsApp, Instagram etc., podemos inculcar la buena ortografía y expresar en textos correctos nuestras ideas. Es fundamental dar seriedad al proceso de comunicación escrita sin importar el medio; el destinatario debe percibir que se le entiende respeta y valora.
Es importante conocer cómo utilizar de manera correcta los recursos y herramientas informáticas, por ejemplo: el corrector ortográfico del procesador de textos encuentra errores tipográficos, porque compara cada palabra con su diccionario de referencia, pero identifican en muchos casos como incorrecta, gran parte de la terminología científica porque estos términos no están incluidos en sus diccionarios; el corrector ortográfico identifica las palabras mal acentuadas, aún cuando no existen en el idioma (ejemplo: emúlsion, protéina, núcleico) pero no puede detectarlas si la palabra se escribe correctamente con acento o sin él (ejemplo: practico-práctico-practicó). Las palabras siguientes se acentúan a menudo incorrectamente porque la acentuación depende de su uso; aquello, dio, eso, esto, fue, fui, ti y vio nunca se acentúan.
Los ejemplos citados anteriormente son algunos de los que da razones, para afirmar que la correcta escritura depende de cada persona, de su interés en escribir de manera adecuada en función de lograr un texto que, aun en lenguaje científico sea bello, sin errores ortográficos con un uso adecuado del idioma.
Desde este espacio seguiremos alertando y ofreciendo a nuestros lectores, docentes e investigadores sugerencias y pautas para una redacción correcta del texto científico. Estamos como siempre agradecidos de su atención y lo invitamos a leer en la revista aquellos temas de su interés.
Atentamente
Directora de la Revista
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