Editorial

Resumen

La educación es un derecho de todos los seres humanos, un motor impulsor para el desarrollo sostenible y la edificación de sociedades pacíficas, inclusivas y equitativas.

Recientemente se cumplió un año desde el primer anuncio de la suspensión de las clases presenciales en Cuba, la Pandemia sacudió al mundo de manera inimaginable, los desafíos institucionales que tuvo que enfrentar la Educación Cubana durante la pandemia con el cierre de las escuelas y universidades, afectó el desarrollo de los cursos presenciales.

En el caso específico de la Educación Superior Cubana los impactos de la COVID demuestran que tanto profesores como estudiantes se han visto forzados a asumir retos con la impartición de clases de manera no presencial, considerando nuevas vías para la trasmisión de los conocimientos y la participación de los estudiantes con el beneficio de la tecnología. Esta modalidad requiere de disciplina e independencia para que el estudiante responda ante el estudio con calidad.

Fue todo un reto y queda como experiencia la necesidad de desarrollar mecanismos que faciliten el uso y socialización de la información en la modalidad a distancia, utilizar las plataformas de aprendizaje en línea para seguir facilitando el aprendizaje de los estudiantes aún con el regreso paulatino a las aulas.

Los avances tecnológicos que han surgido a través de los años requieren de una formación sistemática avanzada en la tecnología de los profesores como guías del proceso docente educativo, y poder trasmitirlo a los estudiantes para lograr, la retroalimentación necesaria en el proceso.

No es necesario solo una inversión en tecnología de punta, sino aprovechar al máximo lo que tenemos y elaborar proyecciones de trabajo que favorezcan fortalecer el desarrollo de la información el conocimiento y la inteligencia, teniendo en cuenta las necesidades de cada universidad y el país.

Atentamente,

Directora de la Revista